Los pasos de danzón marcan vidas en el Jardín de Adultos Mayores

Publicado el 28 Mayo 2019
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Isabel Pérez y Roberto Gutiérrez están en la pista de baile. Dan un paso atrás, otro a la izquierda, después adelante y a la derecha, como si formaran un cuadro. Bailan con la cadencia que caracteriza al danzón y sus pasos son observados por Olivia Andrea Zurita Morales, maestra de bailes finos de salón, quien desde hace 25 años da clase en el Jardín de los Adultos Mayores, en la primera Sección del Bosque de Chapultepec.

A Olivia le encanta el baile y le gusta convivir con los adultos mayores. “Aquí es otro mundo, me gusta interactuar con ellos porque están llenos de experiencias, las mismas que me sirven para llevarlas a cabo”, expresa.

Mientras da instrucciones a un grupo de parejas que acude sábados y martes a bailar, la profesora asegura que es feliz con la labor que realiza. Para ella no representa un trabajo, sino una actividad recreativa, gracias a la cual las personas mayores hacen ejercicio, estimulan la mente, los músculos y hasta pueden encontrar una familia.

Da clases individuales, aunque se adapta a las necesidades e intereses de cada alumno. “La clase la hago individual, hay algunos adultos que tienen la capacidad de aprender rápido, pero otros no pueden moverse de la misma manera por alguna enfermedad.El adulto mayor al que le cuesta más trabajo, lo atiendo hasta que aprende el paso”, asegura.

Los días en que imparte las clases, al aire libre, rodeada de naturaleza, acuden grupos de entre 25 y 30 adultos mayores para quienes la distancia no representa un obstáculo. Llegan desde Cuautitlán Izcalli, de la zona del Reclusorio Norte y también del centro de la ciudad para bailar y olvidar su vida cotidiana con cada paso de danzón.

Olivia ha compartido momentos felices, pero también días de enfermedad y, con tristeza, expresa que ha despedido a algunos de ellos. “Hay gente adulta mayor que ni un pastel recibe, entonces en nuestro grupo nos vemos como una familia y festejamos el cumpleaños de cada quien. Somos demasiado unidos”, manifiesta.

A pesar de que en ocasiones su trabajo se torna un poco difícil por el carácter de cada persona, afirma que disfruta enseñarles esta terapia, a través de clases de danzón, para que olviden sus preocupaciones y saquen lo mejor de ellos en la pista de baile del Jardín de los Adultos Mayores.