Cuidados nutricionales, físicos y del entorno logran que ejemplares silvestres que habitan en los Zoológicos de la Ciudad de México superen expectativas de vida

Publicado el 26 Marzo 2023
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Los cuidados que se les proveen a las especies silvestres bajo cuidado humano en los zoológicos permiten disminuir los riesgos que enfrentan, no hay depredadores, tienen alimento seguro, balanceado, médico veterinario de cabecera y cuidadores permanentemente

Los animales geriatras, por su edad avanzada, pasan por un proceso natural de envejecimiento, que también le ocurre al humano y que conlleva una serie de cambios en su estado físico, de comportamiento y una adaptación al entorno en el que habitan

En los Zoológicos de la Ciudad de México hay más de 180 ejemplares geriátricos, algunos incluso han superado su expectativa de vida, gracias al nivel de atención, atención médica, nutricional y cuidados esmerados que reciben diariamente por parte de sus cuidadores para cubrir todas sus necesidades, de acuerdo con su especie.

En el Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec hay más de 90 ejemplares en los cuales la vejez llegó con el paso de los años, como un proceso natural que también le ocurre al ser humano y que conlleva una serie de cambios en su estado físico, de comportamiento y una adaptación al entorno en el que habitan. Es importante recordar que los ciclos de vida en la mayoría de los animales son mucho más cortos que en el ser humano.

Algunos ya han perdido piezas dentales, su visión ha disminuido, la digestión ya no es la misma, por lo que reciben suplementos vitamínicos y de minerales y complementos alimenticios específicos que les permite mantener un buen estado de salud y bienestar acompañando este proceso de envejecimiento. Algunos muestran una movilidad más lenta, por lo que reciben tratamientos para retardar el desgaste natural de sus articulaciones a causa de su movimiento a lo largo de años.

Alberto Olascoaga Elizarraráz, director del Zoológico de Chapultepec, explica que, para detectar la edad y los cambios inherentes a senectud en un ejemplar geriátrico, se basa en la ciencia y en investigaciones sobre los periodos de vida de cada especie, así como en la observación de cada uno para detectar cualquier alteración.

“Aquí la importancia de la atención de la fauna silvestre bajo cuidado profesional en los zoológicos es que nos permite disminuir los riesgos que enfrentan en vida silvestre, no hay depredadores, tienen alimento seguro, balanceado, médico veterinario de cabecera y cuidadores permanentemente. Hay un menor desgaste porque tienen un espacio seguro en donde habitan y no tienen que estar realizando un esfuerzo adicional para huir de sus depredadores. Si llegan a enfermar hay médicos veterinarios que se encargan de atenderlos de inmediato para recuperar su estado de salud, cosa que en vida silvestre no pasaría e incluso se protegen de cuestiones meteorológicas a través de las instalaciones que han sido diseñadas y construidas para resguardar a cada especie”, precisa.

El Maestro en Ciencias y Médico Veterinario Zootecnista especialista en fauna silvestre, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que los animales son seres vivos que, al igual que los humanos, pasamos por diferentes etapas de cría, adolescencia, juventud, etapa adulta y vejez, y en cada una se requieren cuidados y atención médica.

“Los animales geriatras cambian su comportamiento, ya son animales que no son tan activos, pasan más tiempo descansando, y lo importante es que tengan las condiciones adecuadas para que su sitio de descanso no esté bajo el rayo del sol cuando ellos no lo prefieren así, que tengan la temperatura adecuada, que sus dormitorios, llamados casa de noche, cuenten con diferentes sustratos para sus “camas o echaderos”, focos infrarrojos o en otros casos calefacción, todo esto para evitar cambios bruscos de temperatura y disminuir el impacto de cualquier factor que pudiera predisponer a enfermedades respiratorias”, agrega.

Para mantenerlos sanamente y bajo un entorno de bienestar, un equipo médico-veterinario, de biólogos y nutriólogos son los responsables de elaborar una dieta adecuada para cada etapa. Al llegar a la etapa de vejez, explica, se necesita hacer adecuaciones porque algunos pierden piezas dentales, “ya no pueden masticar el alimento completo que antes comían como los carnívoros, que se les da ya la pieza deshuesada, en trozos o fileteada”.

El Maestro Olascoaga Elizarraráz afirma que todo se evalúa de manera constante y diaria en los zoológicos. Comenta que, por ejemplo, los cuidados y atención que recibe Xin Xin, una de las pandas gigantes que han alcanzado una de las mayores edades fuera de China, le han permitido superar la expectativa de vida de su especie, que en vida silvestre es de 15 años y ella ya tiene 32 años de edad.

“Tenemos que ir viendo que el sustrato donde va a estar sea más cómodo, eso no sólo con los médicos veterinarios sino con los biólogos que se encargan del bienestar y los cuidadores de animales, trabajamos en conjunto todas las áreas del zoológico para hacer las modificaciones que se requieren (en sus albergues) y tiene que ser una atención personalizada porque, aunque hablamos mucho de la medicina grupal, cada individuo es diferente, igual que nosotros”, agrega.

Una buena nutrición se refleja en el incremento de la longevidad de muchos ejemplares y en conjunto con cuidados especializados en los zoológicos de la Ciudad de México se ha logrado prolongar la expectativa de vida de muchas especies.

Gracias a los cuidados que recibe en el Zoológico de Chapultepec, Fortunata, una jirafa a punto de cumplir 33 años, madre y abuela, ha superado por mucho la expectativa de vida de su especie, ya que en vida silvestre las jirafas viven menos de 25 años.

En los zoológicos de la Ciudad de México habitan especies como el cóndor de California, el cóndor de los Ándes, el lobo mexicano, los teporingos, el axolote de Xochimilco, por mencionar algunos, que ya estarían extintas, pero gracias a los zoológicos, que actualmente operan como centros de conservación de la vida silvestre, aún se pueden conocer y estudiar para que puedan permanecer en la Tierra y evitar su extinción.

“Aunque profesionalmente no deberíamos tener un apego a nuestros pacientes, esto es inevitable, pasamos mucho tiempo y se forma un vínculo estrecho y aprecio por ellos. El verlos crecer, en cada etapa, desde que los vemos nacer, que se van desarrollando, llegan a etapa adulta, y que vemos que ya rebasaron la expectativa de vida, es muy satisfactorio”, finaliza el director del Zoológico de Chapultepec.